Fue el único argentino que logró una medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Tras retirarse como deportista, continuó vinculado con el deporte.
Sebastián Crismanich comenzó de chico a entrenar taekwondo y siempre tuvo claro su objetivo: ser campeón olímpico. Alcanzó ese deseo en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde fue el único argentino en colgarse una medalla dorada. Tras su retiro, se mantuvo vinculado al deporte: da charlas motivacionales y tiene sus propios centros de entrenamientos en su Corrientes natal y en Buenos Aires.
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“Desde los siete años practico taekwondo y desde los ocho años que me puse como meta ser campeón olímpico. Cada cumpleaños, pedía un deseo en lugar de tres, para que sea más fuerte, y ese deseo era ser campeón olímpico. Veía una estrella fugaz y pedía lo mismo. Cada vez que rezaba a la noche, pedía estar más cerca de ese objetivo”, contó alguna vez en una entrevista con Fox Sports.
Sebastián Crismanich, medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. (Video: JJOO).
Crismanich consiguió un pasaje a los JJ.OO. de Londres tras consagrarse campeón del Preolímpico en México. Una vez en la competencia en Inglaterra, eliminó al neozelandés Vaughn Scott en octavos de final con un holgado 9-5 y luego venció al afgano Nesar Ahmad Bahawi con un sólido 9-1. En semifinales, le ganó al armenio Arman Yeremyan por un ajustado 2-1. La final contra el español García Hemme fue incluso más peleada: ninguno hizo puntos hasta 27 segundos del final, cuando Crismanich conectó la patada que significó el 1-0 definitivo y la medalla dorada.
La felicidad de haber alcanzado el sueño de toda su vida comenzó a empañarse frente a la incertidumbre respecto de su futuro. “En esas semanas, cuando lograba hacer algún parate, me hacía la pregunta: ‘¿Ahora qué?’. Me acostaba a dormir y me preguntaba eso. No encontraba la respuesta. Esa incertidumbre me generaba mucha ansiedad. Tenía mucho tiempo para pensar. Todo lo que perseguí en mi vida lo tenía en mis manos. Siempre lo que me movilizó a seguir dando un paso era ese objetivo de ser campeón olímpico. Traté de darme tranquilidad, paciencia. Dejar que ese tiempo transcurra y que sucedieran las cosas que tenían que suceder. Disfrutar del objetivo que había logrado”, contó.
“Quise volver después de muchas lesiones y no lo logré. Pero lo intenté. Esa es mi segunda medalla de oro”, dijo después de confirmado su retiro prematuro, con apenas 29 años.
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Finalmente, se puso el objetivo de ser el primer medallista de oro olímpico argentino que obtuviera otra más. “No tenía la misma motivación, pero tenía disciplina”, reconoció. Sin embargo, sufrió en marzo de 2015 una fractura de tibia y peroné que lo alejó de los tatamis por 11 meses. De esa manera, no logró clasificarse a los Juegos Olímpicos de Río 2016. “Después ya no era lo mismo, estaba cerca de la edad del retiro”, explicó.
Qué fue de la vida de Sebastián Crismanich tras su retiro
Una vez que le puso fin a su carrera, encontró la manera de seguir vinculado al deporte: “Me puse como objetivo devolver un poco lo que yo había recibido a lo largo de mi carrera y ser solidario con otras personas, otros atletas, para ayudarlos a que consigan sus sueños. Empecé a dar seminarios y charlas por todo el país e incluso en el exterior. Eso me fue dando motivación. Hoy es algo que hago habitualmente. Ese es el mayor provecho que la sociedad puede sacar de mí: dar un seminario, acercarme a un joven”.
En paralelo, abrió junto a su hermano un centro de entrenamiento de taekwondo en su Corrientes natal, mientras que luego inauguró otro en Buenos Aires. El objetivo era que desde Corrientes salgan otros medallistas mundiales, panamericanos, olímpicos. Hoy lo estamos empezando a lograr, a ver el fruto de la dedicación”, señaló. Además, dirige la Federación Correntina de Taekwondo.