La semana terminó con un duro golpe para los mercados internacionales tras difundirse informaciones desalentadoras respecto al empleo en Estados Unidos y otros factores puntuales, algo que impactó de lleno en la plaza local, donde las acciones argentinas que cotizan en Nueva York se desplomaron hasta 13% en dólares; y en Buenos Aires también se registraron bajas en diversos activos. A ello se le sumó que el riesgo país sigue subiendo y superó los 1.600 puntos.
En resumidas cuentas, el principal índice de acciones de empresas líderes argentinas, el Merval de Buenos Aires, cayó 4,5% en pesos el viernes. Un dato que se suma a que en todo julio arrojó un negativo de 8%.
También los bonos argentinos en dólares con Ley estadounidense se desplomaron hasta 3%, como fue el caso del título de deuda con vencimiento al año 2030 (AL30D) y el Global al 2035 (GD35D).
Pero el impacto más duro para los activos argentinos fue en aquellos que cotizan en Estados Unidos, como las ADRs y acciones de empresas, que se desplomaron hasta 13% en dólares, como fue el caso de BBVA. Seguido por Banco Macro (-8%) y Grupo Supervielle, con un descenso del 7% en moneda norteamericana.
En este sentido, las principales causas que justifican las importantes bajas en los mercados bursátiles se vinculan a noticias provenientes del exterior entre jueves y viernes, por parte de datos macroeconómicos y cifras puntuales de determinados sectores. Y a ello se le suma el factor local, donde existe volatilidad y cierta incertidumbre de los inversores respecto a que no se observa un incremento en las reservas internacionales y el avance del riesgo país.
Caída de acciones y mercados: factores externos y locales
A nivel mundial, los últimos datos macroeconómicos y de algunas empresas publicados en Estados Unidos entre jueves y viernes impactaron de manera negativa en los mercados.
1. Datos negativos de empleo de Estados Unidos
Los últimos días de la semana se publicaron datos negativos respecto a tres indicadores diferentes de empleo estadounidense, hecho que generó una caída en dominó en todos los mercados.
«Lo principal que impactó de forma negativa es que los datos de empleo en Estados Unidos fueron malos, con una tasa de desocupación mayor a la esperada. Fueron datos bastante duros que se están viendo como recesión en puerta, o un crecimiento menor al esperado», resume a iProfesional José Bano, economista y analista bursátil.
A ello suma Gustavo Neffa, economista y analista de Research for Traders (RfT): «Entre jueves y viernes hubo grandes caídas en los mercados internacionales como consecuencia de tres malos indicadores de la actividad económica, donde la creación de empleos de junio defraudó a los mercados. A ello se le sumó que los pedidos de subsidios de desempleo fueron más altos a los esperados. Y, en tercer lugar, el ISM, que es un indicador adelantado del ciclo económico, tampoco dio bien».
Y concluye: «Si bien se desacelera la caída de la tasa de interés esperada, se pone en duda la actividad económica ahora. Es que hace un tiempo la probabilidad de una recesión en Estados Unidos era cero, porque el segundo trimestre fue mejor al primero, pero ahora cambió esa perspectiva y el crecimiento de PBI podría aflojar un poco. Eso se trasladó a todos los mercados y se tomaron ganancias».
2. Balances negativos de empresas
Más allá de los desalentadores datos económicos, se sumó otro factor que pesó en la baja generalizada de los mercados, y se vincula a que en plena temporada de presentación de balances, los datos arrojados por las compañías mostraron preocupación entre los inversores.
De hecho, el índice de empresas tecnológicas Nasdaq de Wall Street bajó el viernes 2,5% y en todo agosto se desploma 5%.
«Los resultados de las empresas no están superando las expectativas de los inversores», detalla a iProfesional Joaquín Arregui, asesor financiero y socio de la consultora Extensio.
Y completa Neffa: «Eso se suma al proceso que ya se venía dando, y le pega el doble a las empresas tecnológicas, que en junio habían tenido una caída por estar sobrevaluadas por las expectativas que fueron más altas a lo que mostraban sus números concretos. Ahora, un ajuste posterior como consecuencia de eso se reflejó también en las empresas de la economía real donde todas caen, como financieras, empresas de Dow Jones y de la economía no discrecional».
En este sentido, Bano grafica que las presentaciones de los balances fueron «algunas más o menos y otros resultados fueron malos. Por ejemplo, este viernes las acciones de Amazon tuvieron caídas de 10% y las de Intel llegaron a caer 25%, que es una locura para una empresa perder un cuarto de su valor».
3. Caída de mercados de Japón
Otro dato se sumó el viernes al resto de los datos negativos, y fue que el mercado japonés cayó más de 5%.
«Honestamente, lo que entiendo que interpreta el mercado es que en parte se debe a que Japón está subiendo las tasas fuertemente para fortalecer su moneda», acota Arregui.
A nivel doméstico se reflejó el pésimo momento mundial para la mayoría de los activos, donde los activos más castigados fueron las acciones, los bonos en dólares con ley de Estados Unidos y los dólares libres también aumentaron.
4. Riesgo país a la suba por efecto reservas
El incremento del riesgo país, que superó los 1.600 puntos y en el mes asciende el 7%, también alimenta la incertidumbre local respecto a los bonos y las acciones.
Algo que se sustenta en la constante venta de reservas que está realizando en Banco Central. De hecho, en las últimas 8 ruedas la entidad monetaria debió desprenderse de dólares en 7 de ellas, y el resultado en ese lapso es de un negativo de u$s285 millones. Incluso, el viernes se desprendió de u$s25 millones.
Y los precios de los dólares libres volvieron a subir en los últimos días, el blue avanzó 25 pesos en las últimas dos jornadas hasta los actuales $1.395, y los bursátiles se arrimaron a los $1.330.
«A todo lo externo se suman las dudas propias del mercado de Argentina por el plan económico que vió cómo se caía el balance de divisas porque no se sumaron reservas y las reservas netas volvieron a ser negativas, en torno a los 2.600 millones de dólares, por pagos de deudas. A ello se le suma el atraso cambiario», finaliza Neffa.-