El informe preliminar de la autopsia del cuerpo de Susana Beatriz Montoya, asesinada en su casa de Córdoba, reveló que murió a causa de un fuerte golpe en la cabeza y por estrangulamiento. La mujer de 74 años era la viuda de un militante del PRT detenido desaparecido durante la última dictadura militar.
La mujer fue encontrada muerta el pasado viernes por la mañana en el patio de su vivienda por su hijo Fernando Albareda, integrante de la agrupación HIJOS. Él mismo se topó con las amenazas que dejaron en el lugar: “Los vamos a matar a todos. Ahora vamos por tus hijos #Policia”.
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La investigación quedó en manos del fiscal Juan Pablo Klinger, quien recibió el informe preliminar de la autopsia que indica: “Han confluido traumatismo de cráneo y asfixia mecánica por estrangulamiento”.
Montoya era la viuda de Ricardo Fermín Albareda, un exsubcomisario que fue secuestrado y desaparecido durante la última dictadura militar. Una nota de Elmundo.es dio repasó los tormentos a los que fue sometido Albareda, quien militaba en el ERP, encontrados en la confesión de un ex guardia del centro clandestino de detención “El Embudo”, ante el Tribunal Oral Federal 1 de Córdoba, que presenció los vejámenes.
“Le cortó los testículos, se los metió en la boca y le cosió los labios”, declaró Ramón Calderón sobre la tortura que su jefe, Raúl Pedro Telleldín, ex jefe del Departamento de Informaciones (D2) de la Policía de Córdoba, aplicó sobre Albareda, quien murió tras desangrarse por dos horas. Tras el juicio oral fueron condenados el genocida Luciano Benjamín Menéndez y los policías retirados Rodolfo Campos, Armando Cejas y Hugo Britos. El caso es relevante en particular porque se trata del único en el que la Policía reconoce haber sido autora de un delito de lesa humanidad.
El hijo de la víctima comentó cómo fue el momento en que encontró el cuerpo de su madre. Ella tenía cita con el médico el viernes pasado y Fernando quiso saber cómo había resultado la consulta, como Susana nunca respondió a sus llamadas decidió ir a la casa. «Salté la tapia de la casa vecina y vi que estaba muerta, ya morada. Sólo atiné a llamar a la Policía», expresó.
“La llamaban y le cortaban, ella no quería salir de la casa y yo la notaba muy angustiada», contó Fernando. Él también había sido amenazado a fin de año: encontró seis balas calibre 22 en la puerta de su casa y carteles con consignas como “se te terminaron los amigos en la Policía”; “te vamos a juntar con tu papito” y “vas a morir”.
El comunicado de la agrupación H.I.J.O.S.
“Desde los organismos de DDHH de Córdoba nos encontramos consternados y ocupados, por el violento asesinato de la madre de un compañero de H.I.J.O.S Córdoba, ocurrida este último viernes y las amenazas que cobardemente dejaron, dirigidas a toda su familia, donde firmaba #Policía”, comienza diciendo el comunicado difundido por el organismo.
“Fernando Albareda es hijo de un policía que fue secuestrado y desaparecido en 1979 en el ex centro clandestino de detención conocido como ‘Casa de Hidráulica’, Ricardo Fermín Albareda, subcomisario de la Policía de Córdoba, militaba en el PRT y tenía 37 años cuando fue secuestrado y desaparecido por la dictadura cívico-militar en septiembre de 1979, según se pudo determinar en el juicio que se realizó (y que precisamente se conoce como la ‘Causa Albareda’)”, continúa.
Fernando Albareda tras el asesinato de su madre Susana Montoya: “Al no haberse depurado nunca la fuerza policial sospecho de todo el mundo”
“Exigimos a la Justicia de Córdoba y al poder Ejecutivo: la urgente investigación y esclarecimiento de este hecho, como así también las amenazas sufridas por todos los integrantes de su familia, denunciadas con anterioridad. La seguridad y protección efectiva ya al compañero Fernando Albareda y a toda su familia”, añade.
Por último, concluye: “Los discursos de odio que permanentemente circulan en nuestra sociedad son el peligro latente de cuando verdaderamente pasan a la acción. Ya dijimos nunca más”.
rb / ds