Días atrás, The Economist difundió su ya famoso Índice Big Mac, que suele tomarse como referencia para calcular la competitividad de cada país y su moneda. Más allá de los datos, este miércoles el medio británico publicó un artículo en el que hizo foco a lo que sucede en Argentina con el peso.
En el artículo, The Economist concluye que el peso está «sobrevaluado, a pesar de que el país no es rico». Lógicamente, se refiere al tipo de cambio oficial y mencionó la devaluación del 2% mensual que implementa el ministro de Economía Luis Caputo luego del salto del 50% de diciembre.
Índice Big Mac: por qué se usa una hamburguesa para medir las monedas del mundo
El artículo de The Economist resalta la «uniformidad» que tienen las hamburguesas de McDonald’s en todo el mundo. Para lograrlo, explica el texto, la empresa utiliza «supervisores itinerantes que usan hidrómetros para verificar que las papas fritas no fueran demasiados acuosas».
«El resultado de ese fanatismo es la uniformidad: el Big Mac es más o menos igual en todas partes. Sin embargo, y ahí está lo interesante del asunto, su precio no», resalta. Y explica que en Estados Unidos el Big Mac cuesta u$s5,69; en la eurozona, el costo es equivalente a u$s6,09; y en Taiwán, cuesta apenas u$s2,28, menos de la mitad. «Esta publicación viene comparando el precio del Big Mac desde 1986. El objetivo no es solo encontrar el mejor precio, sino también poner a prueba un importante principio económico, conocido como ‘paridad de poder adquisitivo'», sostuvo el texto.
«Según este principio, el valor de una moneda debería reflejar su poder adquisitivo: su capacidad de compra de bienes y servicios, incluidas las hamburguesas. Si algo cuesta 50 coronas suecas en Suecia y eso mismo cuesta 5 dólares en Estados Unidos, entonces 10 coronas suecas deberían valer 1 dólar. Si valen menos, según nuestro parámetro de referencia, la corona está ‘subvaluada’ frente al dólar. Uno de los problemas que se presentan cuando uno quiere poner a prueba ese principio es la dificultad de encontrar exactamente el mismo producto en países distintos», señaló The Economist, que explicó que por eso eligió el Big Mac.
«¿Y qué nos muestra la última comparación de precios de las hamburguesas? Que en el mercado de divisas, algunas monedas, incluidas la libra esterlina, la corona sueca y el dólar canadiense, se negocian por aproximadamente lo que puede esperarse dado su poder adquisitivo. Sin embargo, hay otras monedas que desafían ese básico principio económico. Una minoría de esas monedas está ‘sobrevaluada’: valen más de lo que justifica su capacidad de compra de una hamburguesa. Si convertimos el valor en dólares de una hamburguesa a la moneda de Suiza, el resultado son apenas cinco francos suizos. Con eso alcanza para comprar alrededor del 70% de una hamburguesa, algo así como un Mid Mac«, agregó el artículo.
Índice Big Mac: qué dice de la economía y del peso argentino
En ese sentido, el artículo señaló que «los países ricos suelen ser caros». «Por eso nuestro índice Big Mac también tiene una versión ‘ajustada’, que muestra si una moneda está más desequilibrada de lo que cabría esperar en función del PBI per cápita de ese país. Incluso con esa medición ‘ajustada’, Suiza sigue siendo cara. Y hay otra anomalía: la Argentina. El peso argentino está sobrevaluado a pesar de que el país no es rico. Al tipo de cambio oficial, por u$s5,69 se pueden comprar más de $5.300. Parece mucho, hasta que uno advierte que un Big Mac cuesta $6.100, frente a los $3.150 de hace apenas siete meses», detalló.
Los datos del Índice Big Mac de The Economist advierten que el peso está sobrevaluado, si se toma en cuenta el tipo de cambio oficial
Más allá de lo que revela el Big Mac,The Economist citó para referirse al caso argentino los datos del Banco Mundial, que no contradicen lo que revela el famoso índice. «Los dos conjuntos de datos tienen un coeficiente de correlación de casi 0,7, donde 1 indica una correlación perfecta. Un puñado de países, entre ellos Uruguay, Noruega y, de hecho, Argentina, parecen sobrevaluados a juzgar por los precios de las hamburguesas, pero subvaluados en mediciones más amplias», resaltó.
«Sin embargo, incluso en Argentina, esa brecha de discrepancia se está reduciendo. Después de devaluar el peso más de un 50% en diciembre, el presidente argentino Javier Milei solo permite una suba del tipo de cambio del 2% mensual. Eso no alcanza para compensar el aumento de los precios al consumidor, que en junio subieron un 4,6%», explicó.
Y, en ese escenario, el artículo se refirió a la conveniencia de cambiar dólares en el mercado alternativo: «Así que cualquiera que llegue a Argentina con dólares en el bolsillo y ruido en el estómago, probablemente tratará de vender sus dólares en el mercado informal, donde con u$s5,69 pueden obtenerse unos $7600, suficiente para comprar una hamburguesa y hasta te dan vuelto».