Javier Olivera Ravasi, el cura de 47 años que gestionó la visita de seis diputados libertarios a represores que están presos en el penal de Ezeiza, fue expulsado de la diócesis de Zárate-Campana en medio de la polémica. Así lo comunicaron desde la sede donde el sacerdote tenía residencia. Según expresaron, se debió a la reiteración de conductas “opuestas al testimonio cristiano”, pese a los llamados de atención que le hicieron.
En la página oficial del obispado se publicó este jueves la nota que lleva fecha de ayer miércoles. “El sacerdote Presbítero Javier Olivera Ravasi está incardinado en la Diócesis de San Rafael, provincia de Mendoza, y fuera de la misma desde hace varios años. Por razones familiares que aludió, solicitó residir en esta Diócesis de Zárate-Campana, lo que se le concedió por el término de cuatro meses, desde el 20 de agosto de 2019 hasta el 31 de diciembre del mismo año. Posteriormente dejó el lugar y retornó varias veces sin aviso alguno”, precisaron, tal como había adelantado LA NACION, al respecto del cura formado en el Instituto del Verbo Encarnado, intervenido hace años por el Vaticano por su carácter integrista.
“Dado que en reiteradas ocasiones, se recibieron en este Obispado numerosas quejas fundadas por sus expresiones y actitudes, que se oponían al testimonio cristiano -máxime proviniendo de un sacerdote-, se le pidió un cambio de actitud y comportamiento en su proceder”, contaron desde el obispado sobre esta solicitud hacia Olivera Ravasi, que es hijo del mayor Jorge Antonio Olivera, quien cumple prisión domiciliaria por su participación en delitos de lesa humanidad y permaneció prófugo durante cuatro años tras fugarse en 2017 del Hospital Militar Central, del barrio de Palermo.
Entonces, para cerrar, desde la sede bonaerense indicaron: “Al no observarse hasta el presente el cambio requerido en su actitud y teniendo en cuenta que el mencionado sacerdote no pertenece a esta Diócesis de Zárate-Campana, así como por el bien de la comunidad diocesana, hechas las consultas pertinentes, se le ha comunicado que en adelante no tiene autorización para residir en esta diócesis”.
Distintas fuentes consultadas por LA NACION coincidieron en que Olivera Ravasi habría alentado el acercamiento de los legisladores con los represores encarcelados, entre los que se contaban los exmarinos Alfredo Astiz, Antonio Pernías y Adolfo Donda, el exagente de inteligencia Raúl Guglielminetti y Carlos Guillermo Suparez Mason (h.), cuyo padre fue símbolo de la represión militar.
El martes, durante la sesión en Diputados, no prosperó la moción para tratar una sanción al grupo de integrantes de La Libertad Avanza (LLA) que se juntó con los condenados por delitos de lesa humanidad. Entre ellos estuvieron Beltrán Benedit, Lourdes Arrieta, Guillermo Montenegro, Rocío Bonacci, Alida Ferreyra y María Fernanda Araujo. Los principales impulsores de la expulsión de estos diputados de la Cámara eran sus pares de la izquierda y de Unión por la Patria (UP).
No obstante, el tema atravesó a la sesión en distintos momentos y generó polémica entre el bloque oficialista y los opositores.
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LA NACION