Parecía un tramo más del discurso inaugural. Pero el anuncio de Donald Trump de restaurar el antiguo nombre al pico más alto de EE.UU. no pasó inadvertido. Obama lo había cambiado y Trump lo regresa en homenaje al presidente William McKinley.
Para observadores como el ex embajador argentino en Washington Jorge Argüello, no se trata del nombre de una montaña ubicada en Alaska, sino del símbolo de esa administración.
McKinley ejerció el cargo desde 1897 hasta su asesinato cometido por un anarquista en 1901. Era Republicano e impulsó una fuerte suba de los aranceles a las importaciones. Se conoce como “América para los americanos”. Trump mostró ese camino.
Claro que el cierre de ese colosal mercado tiene impacto. Lo supo Mauricio Macri cuando, pese a su relación con Trump, penó por limones, biodiésel y trabas al acero. Macri logró el súper préstamo del FMI, pero no pudo derribar barreras comerciales. ¿Le pasará a Javier Milei?
Decididamente, con Trump en la Casa Blanca llega otro clima de época. A diferencia de su gestión anterior, esta vez armó sus equipos y hoy es el jefe indiscutido: tiene la experiencia de la gestión y enorme poder con mayoría en las Cámaras y una Corte Suprema a tono.
Marco Rubio, el flamante canciller, ha dicho a los argentinos que Trump no puede permitirse el lujo de reiterar errores. Rubio, de origen cubano, que conoce bien la Argentina y a sus políticos, transmite la simpatía de su jefe por Milei.
No sería el caso de Mauricio Claver Carone, el delegado para América Latina, también de origen cubano, que estuvo en la silla del FMI en nombre de EE.UU. cuando se aprobó el mega préstamo. Claver Carone está resentido, y por distintos motivos, con Luis Caputo y Guillermo Francos.
Desde la Universidad Internacional de Florida, Martín Redrado, nombrado senior leadership fellow en el Adam Smith Institute prepara un documento sobre lo que significa seguridad nacional para EE.UU.
Un ejemplo es la presión para que los chinos dejen de operar el canal de Panamá. Redrado está dictando conferencias junto al ex presidente de México, Vicente Fox, entre otros. En su visión, la presidencia Trump será pragmática en una lógica de toma y daca, enfocada en la defensa de la situación del americano medio. Observa al mundo corporativo con gran entusiasmo.
Por cierto, Milei parece haber recobrado fuerzas tras un recibimiento estilo rock star en Washington. El libertario apeló a su buena química con el presidente de EE.UU. y Gerardo Werthein, a contactos. El Gobierno busca aprovechar este viento de cola.
¿Será por eso que Luis Caputo en medio de la negociación con el FMI sorprendió con la baja de retenciones? De jeans y zapatillas el ministro dio toda la impresión de un anuncio de apuro mientras el campo se estaba haciendo oír y no solo por lluvias insuficientes.
Sin brecha cambiaria, el dólar blend, que permitía liquidar el 20% de las divisas al precio del contado con liqui y suavizaba el impacto de las retenciones, ya no tenía efecto.
Los productores se quejaban de la falta de interlocución. De allí la presencia de Sergio Iraeta en la Casa Rosada. El secretario de Agricultura, que suele presentarse como el abuelo, pariente político del poderoso jefe de ARCA Juan Pazo, estuvo relacionado a Invernea, líder en inversiones productivas, alimentada por fondos de aseguradoras y que posee uno de los principales feed lot del país.
“Nos entiende, pero no resuelve”, disparaba la misma Mesa de Enlace que aplaudió el recorte de 7 puntos en el caso de la soja. Esta semana, Rodrigo de Loredo, al frente del bloque de 20 diputados de la UCR que expresan a cinco gobernadores y 300 intendencias, se había sumado al planteo de eliminar las retenciones. La respuesta oficial, que ahora se amplifica, y mucho, es trasladar el reclamo de la baja de impuestos a gobernadores y municipios.
Hay otro test y es el acuerdo con el FMI. Quienes están al tanto dicen, que el Fondo no hace nada que EE.UU. no quiera y dan por hecho un nuevo trato con desembolso de dinero fresco que podría llegar a US$ 15.000 millones.
La misión técnica que desembarcó implica luego un informe, siempre que encuentren la salida al parteaguas de esta negociación: el FMI quiere otro tipo de cambio. Lo habría confesado el jefe de esa misión, el siempre diplomático Luis Cubeddu. Aseguran que fue en estos términos: “Es muy bueno lo que hizo Argentina hasta acá, pero tiene que unificar el tipo de cambio, esa es la normalidad que les pedimos”.
El equipo económico, con disidencias internas según trascendió, se aferra en el año electoral al ancla cambiaria. Milei también. ¿Se jugará Trump por su aliado estratégico?
A todo esto, le llegaron mensajes bien intencionados al canciller Werthein para que en vez de proponer un acuerdo de libre comercio con EE.UU., de difícil concreción, se incline por un tratado de protección de inversiones que esperan las corporaciones.
Cerca del Presidente creen posible un trato comercial especial y esa idea lo fortalece. Así se lo vio a Milei en Davos, con pocos argentinos que oficiaron de testigos de la ola de simpatía que despertó. Entre ellos, Bettina, Alejandro y Marcos Bulgheroni.
En el ambiente petrolero, precisamente, el efecto Trump y su frase de campaña alentando a las perforaciones de petróleo se mide en precios que se anticipan más bajos, pero que no opacarían a Vaca Muerta.
Este año darán que hablar las inversiones de Pluspetrol de la familia Rey en las áreas que tomó de Exxon que movilizarán cientos de millones de dólares. También, lo que emprendió Techint con acento en la producción de petróleo en un desarrollo al Norte de Neuquén que despachará 70.000 barriles por día y que marca un nuevo rumbo hacia una producción menos compleja que el gas y tan fácil de exportar, desde que se removieron cuellos de botella como el oleoducto de Neuquén al puerto de Bahía Blanca o el caño que estaba desactivado y que permite llegar por Mendoza a los puertos de Chile en el Pacífico.
Otro impulso es el oleoducto que conduce a Punta Colorada en Río Negro. Afirman que, aún con caída de cotizaciones y con empresas argentinas que pudieron volver al mercado de crédito internacional, hay resto.
No es el caso de la industria, donde el que estaba holgado hoy está justo y el que estaba justo entró en dificultades. Mencionan que las desregulaciones tienen un efecto marginal, y la mejora en infraestructura es relativa si no hay inversión pública. “Son temas que nuestros competidores en el mundo los tienen resuelto”, deslizan las cámaras.
El camino es finito. Lo sabe Ignacio Noel, de Sociedad Comercial del Plata con pies en la alimentación (Morixe), combustibles (Dapsa) y construcción (Cerro Negro). “Hay un descalce, la baja de precios va más rápido que la baja de costos y somos tomadores de ineficiencias externas. No hay proyecto rentable si el costo en dólares es alto”.
Eso sí, con dólar quieto, sin inflación ni brecha cambiaria en las empresas cambió la composición de los costos. El de la mano de obra cayó en comparación con el de la materia prima y los insumos.
Algunos reconocen la mano del secretario de Trabajo Julio Cordero, ex abogado de Techint. Llegó a la función en marzo de 2024 en medio de paros generales e inauguró una política basada en el diálogo con una dirigencia gremial que entiende que Milei es valorado en sus bases al compás de la estabilidad en los precios.
Las tratativas por paritarias, con ajustes que se realizan sobre lo más básico de los sueldos básicos, se basan en no exagerar con los aumentos para conservar el empleo. Lo están poniendo en práctica. El Gobierno impulsa ahora reducir las contribuciones patronales. La Casa Rosada entiende que en un mundo que marcha al trabajo autónomo, “no es viable que al empleador sobre un salario de un millón, el trabajador le salga 1,6 millón”.