Un video difundido este lunes por el intendente de Rosario, Pablo Javkin, complica aún más la situación de Agustín López Gagliasso, acusado de haber atropellado a una familia el martes pasado. En el accidente, murió Tania Daniela Gandolfi (40) y su hija, Agustina Magalí García (16), mientras que resultó herida su hermana menor.
En el metraje, difundido en las redes, se puede ver gran parte del derrotero del Peugeot, desde las 20.12. A esa hora, se ve al vehículo circulando normalmente por calle Ayacucho. Casi una hora más tarde, las cámaras lo captan en las cercanías de la ex Aduana. Ahí por primera vez se observa a la moto contra la que, supuestamente, estaba corriendo una picada.
Segundos después, la cámara de ingreso al túnel lo capta acelerando y esquivando a otros autos. A la salida del túnel, una cámara detecta que el vehículo circulaba a más de 120 km/h, el doble de la velocidad permitida.
Según Javkin, las imágenes ya fueron aportadas a los fiscales que intervienen en la causa.
En un duro posteo en su red social X, el intendente expresó: «No fue un accidente, fue un crimen». Y pidió que no se cambie la carátula actual de «homicidio simple con dolo eventual, agravado por la pluralidad de víctimas y una velocidad de ruta en eje urbano», que tiene previstas penas de hasta 25 años de cárcel.
«Quiero ser muy claro. No nos van a convencer con trampitas legales. Las imágenes son concluyentes. El conductor mató y no hay situación que justifique semejante accionar criminal. Es una persona que en un túnel urbano, con total determinación, al doble de la velocidad permitida y sin ninguna intención de freno, arruina la vida de una familia», expresó el jefe comunal.
El hecho ocurrió el pasado martes 21 por la noche, cuando el Peugeot 206 conducido por Gagliasso salió a toda velocidad del túnel Presidente Illia, en la localidad de Rosario. El coche perdió el control, se subió a una vereda y embistió a la familia cordobesa. Luego, chocó contra una columna.
Del matrimonio atropellado, sólo el padre salió ileso. El hombre logró, además, salvar a su hija menor tirándole del brazo y apartándola parcialmente del camino del vehículo. De ese modo, evitó que le diera de lleno y minimizó las lesiones que recibió la niña.
Marcha y pedido de Justicia
Los compañeros de la escuela de Agustina y la familia de las fallecidas, convocaron a una marcha este lunes a las 19 bajo el lema: “Porque estamos hartos de la impunidad en nuestra ciudad”. La reunión se realizaba en la intersección Roca y El Río, en Rosario, lugar donde ocurrió el siniestro.
La movilización tenía por objeto el pedido de justicia y buscaba promover una mayor conciencia sobre el respeto a las normas de tránsito.
La convocatoria se hizo por WhatsApp y los organizadores pidieron asistir con un cartel y una vela como símbolos de protesta y recuerdo.
La declaración de la acompañante: «¡Pará, nos vamos a matar!»
Cuando ocurrió el siniestro, López Gagliasso no viajaba solo. Se sabe que iba con una acompañante, que ya declaró ante la justicia. En su declaración, la joven, cuyo nombre no trascendió, dijo que el conductor no iba corriendo una picada con el motociclista, sino que lo perseguía por una discusión de tránsito.
Según la fiscal Valeria Piazza Iglesias, que interviene en el caso, «su declaración encuadra perfecto con la calificación del homicidio. Él empieza a acelerar después de la gresca que tuvo en el túnel». El motivo de la pelea sería una discusión que López Gagliasso mantuvo en un túnel con un motociclista al que aún intentan identificar. La moto habría sobrepasado a su auto, con «ruido fuerte», y el conductor del Peugeot lo habría insultado.
«Pará, pará, que nos vamos a matar», exclamó la joven, según reconstruyó Piazza Iglesias ante los medios. Esa declaración y la supuesta reacción del conductor, que iba «sordo», son los testimonios claves para los investigadores.
La declaración coincide y se complementa con el testimonio del padre de la familia atropellada, que dijo haber visto cómo el auto perseguía a la moto con «maniobras zigzagueantes». Lo que ahora dijo la acompañante precisa la hipótesis de que, en realidad, López Gagliasso, enfurecido, intentaba atrapar al motociclista después de la pelea.
«Gritaba como una loca, pensé que me moría. Él estaba muy cegado. Nunca me dijo nada, yo tenía miedo, estaba muy agresivo. Cuando empezó a pasar a los autos me agarré fuerte», continuó su relato, según Rosario3, y lo calificó como «un inconsciente, un loco»: «Agustín siempre estuvo enfocado en seguir a la moto. Estaba en la suya, no le importó nada, si yo me moría o si chocaba con otros autos».