La melenita es inconfundible. Y los anteojos. Y el blanco de unos breteles que asoman por ahí, y anuncian una espalda desnuda (y un revoleo de faldas imposible en esta situación acuática, pero presente en la fantasía que se está evocando). Unas 765 Marilyn Monroe se sumergieron en las aguas de un embarcadero al sur de Australia, para participar en el Marilyn Jetty Swim, un evento solidario –busca recaudar fondos para apoyar investigaciones sobre el cáncer– que comenzó a realizarse en 2014. La imagen de la rubia más celebrada, uno de los grandes íconos de Hollywood (de cuyo nacimiento se cumplirá un siglo el año que viene) se multiplica, festiva, en una convocatoria que no discrimina ni géneros ni edades. No faltan claroscuros en el mito de la Monroe; quierenes participaron en el Marilyn Jetty Swim decidieron honrar sus aspectos más luminosos
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