Durante la tarde de este miércoles, se llevó a cabo una nueva manifestación de jubilados en las inmediaciones del Congreso de la Nación, contra el feroz ajuste de Javier Milei. Con un despliegue insólito de fuerzas de seguridad por parte de Patricia Bullrich, hubo nuevos episodios de represión, pese a que la marcha no fue multitudinaria como sí ocurrió en los dos miércoles anteriores.
En medio de nuevas acciones represoras por parte de la Policía Federal y Gendarmería Nacional, un jubilado debió ser atendido porque le tiraron gas en la cara, pese a que estaba sentado en uno de los monumentos de la Plaza Congreso, «sin molestar a nadie».
«Tiraron gas ahí, yo estaba sentado, no molestaba a nadie y me vino el gas, me hacía tocer mucho», contó Rubén, de 77 años. «Estaba en la vereda, no molestaba a nadie, me tiraron los de la Gendarmería, pero yo no estaba haciendo nada», remarcó.
«Ahora estoy bien, pero en el momento me ahogó, estoy bien ahora», señaló el hombre, visiblemente sorprendido por la situación que tuvo que vivir. Seguidamente, indicó que «a veces» asiste a la marcha de los miércoles y que siempre que lo hace va «solo».
Como cada miércoles, un numeroso grupo de jubilados marcha en contra de las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei. Preparados para entrar en acción, miles de efectivos se ubicaron en las calles, en lo que significó un desproporcionado operativo de seguridad montado por Patricia Bullrich.
Pese a que la manifestación no fue multitudinaria, el Ministerio de Seguridad valló el Congreso, al mismo tiempo que preparó cinco camiones de la Policía Federal y los camiones hidrantes de siempre, con el fin de no permitir el derecho constitucional de protestar.
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Foto: Mariano Fuchila
Esta nueva afrenta de la administración libertaria tiene lugar tras dos miércoles consecutivos de tensión absoluta. Si bien la pasada semana no hubo grandes incidentes, el miércoles 12 de marzo las fuerzas de seguridad llevaron a cabo una feroz represión, que tuvo un saldo de varios detenidos -posteriormente liberados- y dos heridos de gravedad, entre los cuales está Pablo Grillo, el fotoperiodista que aún lucha por su vida en la terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía.
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Foto: Mariano Fuchila
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