La grieta que atraviesa el peronismo bonaerense lejos está de aquellos intercambios y críticas íntimas que trascendían por lo bajo. Ahora es pública la disputa de poder que refleja a un movimiento político que lucha por redefinirse tras duras derrotas electorales y desgaste de sus principales figuras. En el centro de la tormenta se encuentra el kirchnerismo, otrora unificado bajo la figura de Cristina Kirchner, pero hoy fragmentado entre quienes aún ven en ella la líder indiscutida y quienes apuestan por Axel Kicillof como el rostro de una renovación necesaria. El desdoblamiento electoral decidido por el gobernador, que rompió con la estrategia de elecciones concurrentes impulsada por Cristina, agigantó las tensiones, llevando a funcionarios, intendentes y dirigentes a tomar partido públicamente, algunos con declaraciones que no dejan lugar a grises.
¿Es esta fractura una estrategia de Kicillof para despegarse de una expresidente cuya imagen, según encuestas, supera el 80% de rechazo y enfrenta el peso de una condena judicial? Mientras el peronismo busca su rumbo de cara al 2025, las lealtades se dividen, y el sueño de una oposición unida para hacerle frente a los libertarios parece estar más lejos que nunca.
La intendente Mayra Mendoza apoyó a Cristina Kirchner y acusó a Axel Kicillof de ser un «malagradecido»
La decisión de Kicillof de desdoblar las elecciones provinciales para septiembre, separándolas de las nacionales de octubre, no fue solo un movimiento táctico, sino una declaración de autonomía que encendió las alarmas en el círculo íntimo de quien supo ganarse el apodo «La Jefa». La exvice, que asumió la presidencia del Partido Justicialista (PJ) en un intento de retomar el control del peronismo, vio en esta jugada una afrenta directa. El desdoblamiento, según el entorno de Kicillof, busca fortalecer la agenda bonaerense frente a un Gobierno nacional debilitado, pero para los kirchneristas leales a Cristina, es una traición que -en realidad- debilita la estrategia nacional del movimiento. Lo que no revela el entorno del gobernador es que, la condena contra CFK en la causa vialidad, su alta imagen negativa y la asociación directa que el electorado hace de ella a Alberto Fernández (actualmente con 97% de imagen negativa), despiertan la urgencia de que Kicillof se desmarque de su mentora política.
Por un lado, Cristina mantiene un núcleo duro de apoyo entre quienes la consideran la única capaz de reorganizar al peronismo frente a la crisis. Por otro, Kicillof ganó terreno entre aquellos que ven en él un líder más pragmático, capaz de conectar con sectores desencantados sin el peso del pasado kirchnerista. Las declaraciones públicas de apoyo, cargadas de críticas cruzadas, muestran un peronismo dividido en dos bandos irreconciliables. Pero, ¿Quiénes son los dirigentes, funcionarios y exfuncionarios que ya dejaron en claro si se alinean con Axel o con Cristina?
Los leales a Cristina Kirchner
El entorno de Cristina está compuesto por figuras centrales de La Cámpora y el kirchnerismo histórico, que la consideran un faro irremplazable para la resistencia peronista. Máximo Kirchner, diputado nacional y líder de La Cámpora, es uno de los «votos cantados» en apoyo a su madre en esta interna. Al menos, eso dejó entrever en un acto en La Plata, donde habló de «peronistas con miedo» que «no se aguantan a Cristina», en clara alusión a aquellos que salieron a apoyar a Kicillof e intentan despegarse de su madre.
Otro previsible apoyo es el de Mayra Mendoza, la intendente de Quilmes y referente de La Cámpora, quien además fue una de las más duras a la hora de criticar a Kicillof por su postura interna. En una entrevista con un canal de streaming, Mendoza no dudó en señalar la deuda personal del mandatario con Cristina: «Axel fue propuesto como gobernador por un tuit de Martín Insaurralde, pero todos sabemos que fue (que llegó a ser gobernador) por la confianza que Cristina depositó en él». Esta declaración cargada de reproche dio con la conclusión que Cristina es «palabra mayor» dentro del peronismo y que el accionar de Kicillof evidencian que es un «malagradecido».
Máximo Kirchner junto a su madre, Cristina Fernández, a quien ya le dio su apoyo por sobre Kicillof
Teresa García, senadora provincial, fue otra que se sumó a las críticas contra Kicillof, acusándolo de querer «jubilar» a Cristina. Aunque no lo nombró directamente, García señaló que «hay sectores que no se definen» frente al liderazgo de la expresidente, una indirecta contundente hacia el gobernador que no quiso cerrar filas con ella en la conducción del PJ.
Paco Durañona, el exintendente de San Antonio de Areco también salió a apoyar a la expresidente criticando al gobernador diciendo que él se autopercibe «líder», pero que «no está en condiciones» de serlo o de «transformarse» en uno. Bajo ese pie, lo acusó de forzar una conducción «ilegítima» del peronismo, ubicando a Cristina como una víctima a la que le están robando el protagonismo y como la única referente capaz de mantener unido al movimiento en tiempos de crisis.
Por último, quien se creía sería el candidato a presidente hasta la repentina candidatura del exministro de Economía, Eduardo «Wado» de Pedro, ahora senador y figura clave de La Cámpora, no escatimó sus halagos a la hora de destacar a Fernández de Kirchner por sobre Kicillof aunque con su característico tono conciliador. «Con ella, volvemos a reorganizarnos para elaborar un programa», dijo recientemente aunque hace unos meses había desestimado tales internas y había sugerido no «dramatizar» el conflicto entre los peronistas y kirchneristas.
Los que apuestan a Axel Kicillof
En el otro extremo, quien supo ser ministro de Economía de CFK y ahora es mandatario del territorio bonaerense reunió un bloque que combina gestión y renovación, atrayendo a quienes ven en él una alternativa necesaria y viable en plena escasez de representatividad. Andrés «Cuervo» Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad y ex miembro de La Cámpora, es una de las figuras más relevantes en este bando. Larroque acusó a La Cámpora de tener actitudes «desestabilizadoras» contra Kicillof, defendiendo su liderazgo como una oportunidad para reconstruir el peronismo desde la gestión bonaerense.
Carlos Bianco, ministro de Gobierno bonaerense, envuelto en un escándalo por presuntamente manejar en estado de ebriedad y querer evitar un control de alcoholemia, también respaldó a Axel, negando que haya una pelea por ver quién es el líder. «Últimamente sectores de nuestra fuerza política, con quienes a veces tengo diferencias pero también un recorrido común, han decidido criticarme mucho y acompañarme poco», analizó Kicillof en un comunicado al que Bianco apoyó diciendo que el gobernador busca «la unidad» a diferencia de otros que buscan sobreponerse atacándolo.
Julio Alak, intendente de La Plata, lideró un comunicado de 47 jefes comunales que apoyan al gobernador Kicillof
A partir de aquí comienza a hacerse más evidente que, pese a que la exmandataria conserva un apoyo de renombre histórico dentro de La Cámpora, a Kicillof lo respaldan más los dirigentes que están en funciones; es decir, funcionarios. Es así como un grupo de 47 intendentes bonaerenses terminó dándole respaldo a Axel formando un «muro protector» frente a las críticas del núcleo K. Si bien no todos han hechos declaraciones individuales demostrándolo, sí dieron su apoyo de manera colectiva.
Este apoyo se expresó mediante un comunicado publicado en redes sociales, encabezado por el intendente de La Plata, Julio Alak. Allí le solicitaban al mandatario bonaerense que «en uso de sus e sus facultades constitucionales, disponga el desdoblamiento de las elecciones provinciales y municipales, fijando una fecha distinta a la de los comicios nacionales», argumentando que esto garantizaría «previsibilidad» y permitiría un «debate real sobre los desafíos bonaerenses».
Llevarle la contraria a Cristina se tradujo, automáticamente, en un apoyo hacia Kicillof. Aunque este lunes la presidente del PJ sorprendió al retirar su proyecto de elecciones concurrentes pese a «seguir creyendo que desdoblar las elecciones en la provincia de Buenos Aires es un error político», el contexto la obliga a trabajar en unidad, por lo que le pidió a la senadora Teresa García que desistan la presentación de ley; el clima tenso entre estos dos continúa y parece se prolongará hasta que se desarrollen los comicios en septiembre.