La reciente disputa política entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner ha puesto en evidencia las tensiones internas dentro del peronismo bonaerense, especialmente en torno a los plazos electorales y la suspensión de las PASO. El proyecto que se votó en el Senado bonaerense, que no modifica los tiempos para presentar candidatos, ha generado un nuevo capítulo de confrontación entre ambos líderes, con implicaciones significativas para la dinámica política en la provincia de Buenos Aires.
El proyecto aprobado en el Senado bonaerense establece que la presentación de listas provinciales será el 8 de agosto, nueve días antes que las nacionales, y fija la elección provincial para el 7 de septiembre. Esta decisión contrasta con la propuesta inicial de Axel Kicillof, que buscaba una campaña de 70 días y una mayor separación entre las elecciones provinciales y nacionales.
Sin embargo, el kirchnerismo, liderado por Cristina Kirchner, optó por no apoyar la modificación de los plazos electorales, lo que ha generado malestar en La Plata. La falta de apoyo del kirchnerismo a la propuesta de Kicillof ha reavivado las tensiones internas dentro del peronismo.
En el entorno de Kicillof, se percibe esta decisión como una estrategia del kirchnerismo para condicionar las decisiones del gobernador en la mesa de negociación electoral. Por otro lado, el kirchnerismo argumenta que cualquier reforma electoral debe contar con un consenso claro entre el oficialismo y la oposición.
La figura de Cristina Kirchner juega un papel central en esta disputa. Según el kicillofismo, el kirchnerismo podría estar utilizando la posibilidad de una candidatura doble de Cristina Kirchner como una herramienta de presión para influir en el armado de listas.
Esta estrategia, que permitiría a Cristina Kirchner ser candidata tanto en las elecciones provinciales como en las nacionales, ha generado especulaciones sobre sus verdaderas intenciones y ha intensificado las fricciones internas.
El impacto político
La decisión de no modificar los plazos electorales tiene implicaciones políticas significativas. Por un lado, obliga a los actores políticos a negociar las candidaturas provinciales y nacionales casi de manera simultánea, lo que podría complicar el proceso de armado de listas.
Por otro lado, limita la capacidad de Kicillof para implementar su estrategia electoral y podría afectar su posición dentro del peronismo. La disputa entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner en torno a los plazos electorales refleja las tensiones internas dentro del peronismo bonaerense y pone de manifiesto las dificultades para alcanzar un consenso en un año electoral clave.
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