La gala de eliminación de este lunes 9 de junio tuvo a Katia como protagonista involuntaria de un final anunciado. Con solo tres participantes en placa —Ulises, Eugenia y la propia Katia— la tensión se mantuvo hasta el cierre.
La nueva modalidad implementada por la producción dividió la gala en dos noches. El domingo, Santiago del Moro informó en vivo que Juan Pablo quedaba fuera de peligro, consolidando su lugar como uno de los favoritos del público.
Con Juan Pablo salvado, la definición del lunes dejó la placa entre Eugenia, Katia y Ulises. La primera sorpresa de la noche llegó cuando Ulises fue también salvado por el voto del público, reduciendo el duelo a un mano a mano entre Eugenia y Katia.
Una eliminación pareja, cargada de emociones
Ambas participantes atravesaban situaciones personales similares y habían manifestado en varias ocasiones su deseo de reencontrarse con sus hijos. Las encuestas previas mostraban una diferencia mínima entre ambas, lo que generó aún más expectativa.
Finalmente, Santiago del Moro anunció que Katia, apodada “La Tana”, era la nueva eliminada de Gran Hermano, dejando a Eugenia todavía en juego, aunque su imagen pública se desgasta cada vez más.
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La decisión se dio a solo 15 días de la gran final, en una instancia decisiva donde cada voto del público tiene un peso fundamental.
Cambios en las reglas y un anuncio que sacudirá a la casa
La producción también comunicó una novedad clave: los líderes ya no podrán subir ni bajar compañeros de la placa, eliminando una herramienta estratégica que muchos utilizaban para especular con los votos del domingo.
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Además, el conductor anticipó otro giro: este martes, tras el partido de la selección argentina contra Colombia, un “grupo comando” ingresará a la casa para retirar muebles y objetos esenciales. La intención es que los jugadores deban adaptarse a condiciones cada vez más austeras en esta etapa final.
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Seis finalistas, una tensión creciente y la mirada del público
Con la salida de Katia, solo quedan seis participantes en carrera: Tato, Selva, Luz, Juan Pablo, Eugenia y Ulises. Cada uno representa una estrategia y un perfil distinto, pero todos enfrentan el mismo desafío: sobrevivir emocional y tácticamente hasta la gran final.
Los próximos días prometen más tensión, con una “placa negativa” que pondrá aún más presión sobre los jugadores. Las decisiones serán clave, y cualquier error podría costarles la posibilidad de ser el próximo Gran Hermano.