A cuatro años de la conquista de la Copa América en Brasil, las fotos y videos de aquel 10 de julio tienen un protagonista especial: Lionel Messi.
El capitán de la selección argentina, quien endureció su piel tras varias derrotas en momentos decisivos con la albiceleste, fue partícipe de un momento sumamente emocionante en el país vecino cuando Ángel Di María vulneró la valla del arquero Ederson y marcó el único gol de la final ante la Verdeamarela.
Cuando el árbitro pitó el final, una montaña humana se abalanzó sobre Leo. En un desahogo grupal, donde desaparecieron viejas espinas de finales perdidas, Messi se sacó una mochila pesada y compartió con su familia aquel momento que quedó grabado para la historia.
Con el celular en su mano y la medalla colgada de su cuello, el astro rosarino realizó una videollamada con su esposa Antonela Roccuzzo y compartió su emoción con sus hijos: “¡Vamos! Thiago, Ciro, mirá…“, indicó Messi, con la presea en su mano, en un símbolo de liberación. Aquel video, donde el ‘10′ dejó entrever su costado más sensible, se replicó en las redes sociales y generó un boom inusitado.
En una época complicada para el mundo por el brote de Covid-19 que impidió la presencia del público en el estadio, los jugadores de la selección argentina cumplieron el primer cometido de la era Lionel Scaloni al ganar la Copa América, lo que llevó, luego, a una concatenación de éxitos deportivos como el Mundial de Qatar al año siguiente.
Desde aquel momento en el que se “rompió la pared”, tal como lo graficó Di María, el autor del tanto histórico en la final, Messi se sintió completamente aliviado y pudo festejar a lo grande con sus compañeros de equipo… y Neymar, su amigo, quien quedó en el bando de los perdedores.
Mientras en el medio de la cancha, los jugadores de La Scaloneta saltaban y gritaban eufóricamente, Messi se apartó del jolgorio, cruzó miradas con Neymar y se fundieron en un abrazo que quedó grabado para las cámaras. Más tarde, en zona de vestuarios, ambos compartieron una sentida charla donde el resultado quedó completamente de lado.
“Necesitaba sacarme la espina y conseguir algo con la selección. Sabía que en algún momento se iba a dar. Soy un agradecido a Dios por regalarme este momento”, expresó la Pulga en rueda de prensa, una vez que los festejos se habían consumado.
Luego de 28 años sin títulos y con la alegría a flor de piel, Messi se tomó un charter hacia Rosario, su ciudad natal, donde se encontraría con Antonela Roccuzzo. En tiempos de barbijos, distanciamiento obligatorio y burbujas sanitarias, la pareja desoyó cualquier tipo de recomendación y no hicieron más que abrazarse en medio de la pista de aterrizaje.
Apenas el futbolista pisó tierra firme, Antonela corrió desesperada hacia él y el momento quedó grabado ante las cámaras, mientras, del mismo avión, Di María y Giovani Lo Celso bajaron sus valijas y se reencontraron con sus familias tras estar 45 días aislados en la concentración.
Luego de guardar sus valijas en un auto, Messi y Antonela se dirigieron hacia Funes, en las afueras de Rosario, donde al futbolista lo esperaban sus hijos. En otra postal para el recuerdo, Leo no solo estuvo junto a ellos, sino que otros vecinos y allegados lo felicitaron por una conquista que quedó para el recuerdo.