Celulosa Argentina frenó la producción en dos plantas que tiene en la Provincia de Buenos Aires y Santa Fe, y busca un socio o inversor que entre al negocio y aporte capital. Así lo informó a la Comisión Nacional de Valores (CNV).
Nos dirigimos a ustedes con el fin de informar que las plantas industriales de Capitán Bermúdez y Zárate se encuentran actualmente inactivas, realizándose únicamente tareas de mantenimiento menor con el personal propio que no ha tomado vacaciones, destacó en una nota la histórica papelera con más de 100 años de operación.
Esta situación obedece al marcado deterioro del capital de trabajo, como consecuencia del complejo contexto que atraviesa la empresa, tal como comunicó los días 7 de abril, 7 de mayo y 6 de junio del corriente año, agregó.
Asimismo, la Sociedad continúa enfocada en el proceso de reestructuración de sus pasivos financieros y la búsqueda de nuevos socios o inversores que permitan la recomposición de su capital de trabajo, viabilizando su continuidad operativa.
La compañía está controlada por Tapebicuá Investment Company, grupo integrado por los empresarios José Urtubey, Juan Collado y Douglas Albrecht. Acumula una deuda superior a US$ 128 millones.
Anteriormente, anunció que no podría hacer frente al pago de títulos de deuda, entre otras obligaciones. Alegó que su capacidad de generación de caja se deterioró por un conjunto de factores que incluyen una caída en el nivel de ventas superior a 30% en el mercado doméstico y un incremento en los costos fijos medidos en dólares.
En mayo, cayó en default y en junio, presentó una propuesta para reestructurar sus deudas con los acreedores, que todavía no logró cerrar. El plan incluye la postergación de pagos de capital por dos años, intereses de 3% en dólares y 5% en pesos, y la subordinación del cobro de US$ 21 millones por parte del accionista mayoritario.
También contempla, si no hay acuerdo, avanzar con un Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE) judicializado. En julio, Celulosa fue demandada por quiebra por uno de sus principales acreedores.
El declive se aceleró en abril, cuando contrató a VALO Columbus para diseñar un plan de reestructuración. Entre abril y junio, acumuló compromisos financieros por US$ 25 millones, con más de 56% de su deuda en el corto plazo y balances en rojo. Reportó una pérdida de $ 38.769 millones, según su balance cerrado a febrero.
SN