Persecución, amenazas y censura para tapar el escándalo de las coimas y el ajuste en discapacidad

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Quiero repudiar la censura en el país de la libertad, entre mil comillas, y en la provincia de Vaca Muerta, y solidarizarme con los trabajadores y trabajadoras de prensa atacados, perseguidos y silenciados por el poder.

Con cautelares y denuncias, el gobierno censura la labor periodística con un único objetivo: tapar el escándalo del recorte al área de discapacidad, el escándalo de las coimas que hace caer el relato con el que los libertarios llegaron a la Rosada.

El gobierno atraviesa su primera gran crisis integral. Una crisis política desatada por el escándalo de las coimas en el área de Discapacidad. Una crisis económica porque ya no quedan dudas de que el esquema no estaría funcionando y meten parches que no resuelven nada. Y una crisis social, con familias que lo único que ven es empeorar sus condiciones de vida, sus ingresos, arrastradas al pluriempleo para llegar a fin de mes, recortes a las jubilaciones y pensiones por discapacidad, destrucción de la salud y educación públicas, entre otros tantos ajustes ordenados por el Fondo Monetario Internacional.

La orden de no reproducir los audios de Karina Milei fue un intento burdo del gobierno de censurar la libertad de expresión, un intento desesperado de responder a la crisis que parece seguir profundizándose.

Alejandro Patricio Maraniello, el juez que dio la orden de no reproducir los audios tiene un largo prontuario, acumula nueve denuncias por violencia y acoso sexual, y, dicho por especialistas, el fallo es completamente “inconstitucional”, es un “acto de censura” que “viola la libertad de expresión” porque es un caso de “interés público”.

Pero no lo pueden tapar con censura. Porque lo que está en crisis, con el escándalo en la Agencia Nacional de Discapacidad, no es solo un caso de corrupción, sino una forma de gobernar de una banda improvisada haciendo lo que los empresarios le piden para resetear el país al servicio de los negocios de los ricos.

Pero esto tiene el límite de que la gente los votó con cierta aspiración a terminar con la casta, que es el relato que los llevó a la Rosada. Pero la casta fueron los jubilados, los discapacitados, los laburantes, y esa bronca empezó a expresarse en la calle y no pueden caminar tranquilos. Aunque algunos digan que son actos organizados por la izquierda, los insultos, rechazos y abucheos son expresión de un clima social.

En la comisión de Libertad de Expresión del Congreso, presidida por nuestro compañero Cristian Castillo, hubo un fuerte respaldo a la labor periodística que denuncia, investiga y, como ayer dijo Rial, hay nueva información que compromete al gobierno de Milei.

Neuquén no es diferente. El gobernador Rolando Figueroa, a través de su secretario de Comunicación y Prensa Claude Staicos, persigue, censura y amenaza a periodistas que comprometan la línea del gobierno. Así lo hizo con el movilero Rigo, que hizo una entrevista a Alexandra Sabio, madre del hijo de Staicos, al que se lo arrancó de las manos en un jardín en medio de un operativo policial sin precedentes. Así con Adrián Gianetti, a quien le levantaron su programa de radio por denunciar lo que se vive en Vaca Muerta y marcar agenda de lo que se puede o no se puede hablar.

Pero, como se está viviendo en el país, no se puede tapar el sol con las manos, y en las calles este malestar crece y se empieza a expresar.

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