El Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) volvió a confirmarse como una de las grandes capitales del cine mundial: el certamen canadiense se consolidó en los últimos años como el verdadero inicio de la temporada de premios en Hollywood. Allí, las películas más esperadas del año buscan su primera ovación, los estudios miden fuerzas de cara al Oscar y las estrellas ofrecen una postal de glamour que recorre el mundo.
La importancia de Toronto se explica por varias razones. El calendario lo ubica en septiembre, en el punto justo entre Cannes y Venecia y a semanas de la temporada de premios en Estados Unidos. Esa ventana convierte a TIFF en un lugar estratégico para posicionar películas, conseguir distribución internacional y sumar atención mediática. El festival, además, entrega un galardón simbólico que se volvió decisivo: el People’s Choice Award, votado por el público, que se convirtió en un predictor del Oscar. Películas como Slumdog Millionaire, 12 años esclavo, Nomadland o La La Land iniciaron aquí su camino hacia la consagración.
Este 2025, la presencia argentina marcó un hito con el estreno mundial de & Sons, la primera película en inglés de Pablo Trapero. Basada en la novela de David Gilbert, con guion de la oscarizada Sarah Polley, el film explora las tensiones familiares y la figura de un escritor recluso interpretado por Bill Nighy. A su lado, un elenco internacional con Noah Jupe, George MacKay, Johnny Flynn, Dominic West e Imelda Staunton aporta diversidad generacional y prestigio. La música, a cargo de Cristóbal Tapia de Veer, refuerza la apuesta estética de un proyecto que apunta al reconocimiento global.
La premiere en Toronto estuvo acompañada por los productores argentinos Diego Kolankowsky, Juliana Wates y Axel Kutchevasky, quienes junto a Trapero desfilaron por la alfombra roja en un gesto que celebró la presencia nacional en uno de los festivales más influyentes del mundo. La producción, fruto de la colaboración entre Infinity Hill, Matanza Cine y compañías internacionales, tendrá su estreno en Argentina en diciembre, pero Toronto fue el punto de partida de una posible carrera hacia la temporada de premios.
El festival, como cada año, también brilló por la presencia de figuras que encendieron las cámaras. En la alfombra roja desfilaron nombres como James McAvoy, Taika Waititi y Ben Stiller, que ofrecieron un anticipo del despliegue de Hollywood en Canadá. Keanu Reeves fue uno de los más aclamados por el público, saludando a fans y firmando autógrafos con su estilo cercano.
También se destacaron Paul Mescal, Kirsten Dunst y Chris Evans, mientras que Jamie Lee Curtis, Channing Tatum y Sydney Sweeney sumaron presencia intergeneracional a la gala. La aparición de Angelina Jolie, envuelta en un elegante abrigo oscuro, y el guiño patriótico de Ryan Reynolds, que mostró una remera con la hoja de arce canadiense, completaron la postal estelar de Toronto.
La combinación de cine, industria y estrellas confirma el lugar único que ocupa TIFF en el calendario. No reparte la Palma de Oro ni el León de Venecia, pero lo que ofrece es aún más atractivo: la posibilidad de iniciar una campaña hacia el Oscar con el respaldo de la crítica, el público y los distribuidores. Toronto no solo marca tendencias en la industria, sino que se ha convertido en el punto de encuentro donde Hollywood mide su fuerza y donde también el cine latinoamericano, con Trapero a la cabeza, puede dar un salto definitivo hacia la visibilidad global.
En su edición 2025, el festival volvió a dejar en claro por qué es el favorito de Hollywood: porque combina glamour, industria y proyección internacional, y porque cada septiembre, el mundo del cine gira la vista hacia Canadá.
por R.N.