En 1995, Conrado Geiger pasó de FM Rock & Pop (106.3 MHz) a Radio Sónica (95.9 MHz), en donde condujo con Diego Della Sala, hasta mayo de 1996, un programa en la primera mañana. En ese programa se conocieron Gabo Ferro y Palo Pandolfo.
Pandolfo y Karina Cohen habían ido a la radio después de un show de Los Visitantes sin dormir. Gabo se había ido a descansar temprano para poder despertarse y llegar despabilado. Así se conocieron, en un estudio de radio. Hablaron de poesía, de Don Cornelio y la Zona y, obviamente, de música.
Geiger junto a Palo Pandolfo, Karina Cohen, Osvaldo Vigna y Pablo Folino habían armado el Comando Literario y venían realizando algunas intervenciones y experiencias. “El plan era ir a un lugar, un bar, y en algún momento pararse a leer poesías; yo leía textos de humor, nunca fui poeta –comenta el periodista–. Me acuerdo de que una de las primeras veces fuimos a La Giralda. Dijimos ‘vamos a pedir permiso a la vieja de la caja’, una señora mala, respondió que no. Me acuerdo que le digo a Palo: ‘Moraleja uno: un comando no pide permiso’. Palo en esa época ya era un personaje muy visible. Entonces nos paramos y nos pusimos a leer. Habremos hecho cinco intervenciones, no más”, recuerda Geiger. Fue el antecedente de Los Verbonautas.
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Unos meses después de aquel encuentro en la radio, los dueños del bar La Luna, que estaba en Cabrera y Medrano, le pidieron ayuda a Palo porque tenían problemas financieros. Por allí habían pasado importantes bandas para la escena under de los 90: Peligrosos Gorriones, Estelares, Mata Violeta, Suárez y Pez. Por las características del local, Los Visitantes ya no podían tocar ahí, les quedaba chico, y se les ocurrió presentar el Comando Literario que hacían por las calles, pero esta vez en un escenario.
Al grupo original del Comando Literario –Geiger se bajó porque no le daban los tiempos por el programa de radio– se sumaron algunos poetas. Palo y Karina convocaron a aquellos que tenían en el radar y que fueron conociendo en ese tiempo. Así invitaron a Gabo Ferro y a Vicente Luy, que lo habían conocido en Córdoba y les había regalado un libro. Y a Hernán, que también acababa de publicar un trabajo. El primer encuentro fue en noviembre de 1995 y participaron Palo Pandolfo, Osvaldo Vigna, Pablo Folino, Vicente Luy, Karina Cohen, Eduardo Nocera, Hernán, Gabriel “Gavilán” Coullery, Carlos Núñez, Eduardo Magoo Nico, Tom Lupo y Gabo.
“A Gabo lo conocí unos días antes de la primera lectura de Los Verbonautas, cuando nos juntamos en La Luna a ensayar, a ver el orden, la luz, los micrófonos”, recuerda Hernán. “Nos pidieron que lleváramos a Los Visitantes, pero no podíamos ir”, refuerza Karina Cohen, bailarina, poeta y excorista de Los Visitantes. “Entonces, le propuse a Palo hacer lo del Comando Literario, pero en formato de show, con algunos poetas más y alguna performance. Lo que no pensamos fue que iba a tener tanta vida Verbonautas… porque duró bastante para ser un grupo de poesía. Creo que duró porque no había líderes. Por más que la prensa quería rotular a Palo como líder, nunca funcionó como líder en Los Verbonautas, jamás”, precisa Cohen, quien fue pareja de Pandolfo durante diecisiete años.
Luego repitieron la experiencia el 24 de febrero de 1996 también en La Luna, en lo que denominaron Carnaval Poético. Fue la presentación del libro de Hernán, Pan. Después hubo dos fechas en las que tocaron Porco y Pez. “Parte de Los Verbonautas leímos y participábamos antes de los shows. Karina cantaba una canción con Porco, Palo una con Pez”, completa Hernán.
“Nosotros somos germen del Parakultural”, entiende Cohen. Ella nunca actuó en ese escenario, pero asistía como público con apenas 17 años. “Vimos todo ahí. Ese germen antisocial, porque era contra todo lo establecido, se reflejó en esta forma medio varieté que teníamos con Verbonautas, algo más performático. Y siempre contra el café literario. A Gaby lo conocí después. El lugar donde lo he visto tocar y hemos hecho cosas más contundentes fue en el Rojas, un espacio sumamente interesante en esa época. De hecho, fue el lugar donde derivó mucha gente del Parakultural”, sostiene. Para ella, Gabo es “Gaby”.
Autores del libro “Un tornado dulce. Un recorrido por la vida-obra de Gabo Ferro”.