El economista Fernando Marengo sostuvo el mercado cuestiona la capacidad de Argentina para cumplir con sus obligaciones financieras internacionales. “El mercado duda de si se podrá defender el techo de la banda y de cómo Argentina hará para pagar la deuda” dijo en indicó Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).
Fernando Marengo es licenciado en Economía de la Universidad Nacional de Tucumán, con maestría en Finanzas en la Universidad Ditela. Actualmente se desempeña como chief economist de la firma norteamericana BlackTORO. Es la mano derecha de Ricardo Arriazu, probablemente el economista más respetado de la Argentina.
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Ricardo Arriazu es egresado de la Universidad de Chicago, y es una de las personas que inicialmente más fue citado por el Presidente. Su testimonio es muy importante en este momento porque representa una escuela económica que había sido cercana a las ideas del presidente, así que escuchar hoy su opinión sobre cuál es la situación actual tiene doble valor.
Un primer comentario es que Ricardo no fue a Chicago, fue a Minnesota. De todos modos, se lo relaciona mucho con un pensamiento monetarista. Pero nosotros tendemos a plantear que ese pensamiento monetarista es como ver la economía con un solo ojo. Lo que pasa en los mercados monetarios es resultado de lo que pasa en los mercados reales.
Respecto de qué está pasando, el día de ayer vimos un fuerte sell-off, que es la venta de activos argentinos. Se quiere salir de Argentina a cualquier precio. Y cuando uno trata de explicar esas situaciones desde lo racional, generalmente no tienen un sustento racional, sino que el principal sustento es el pánico. Y cuando uno trata de ver ese pánico con los datos, en general desde lo racional, no se condice el nivel de angustia o incertidumbre del mercado respecto de los fundamentos económicos.
Más allá de que ayer salieron datos tanto fiscales como del sector externo, tanto superávit fiscal como superávit comercial, el mercado acá tiene dos dudas respecto al programa económico. El mercado duda de si se podrá defender el techo de la banda y de cómo Argentina hará para cumplir con sus compromisos financieros.
Respecto de defender el techo de la banda, claramente uno no puede simular un ejercicio donde te corren todos los pesos de la economía, porque eso es algo irreal. ¿Por qué? Porque uno necesita pesos para vivir el día a día, para pagar impuestos, para pagar sueldos. Entonces, cuando uno trata de estresar las cuentas del Banco Central y del sistema financiero, se pone un supuesto de desmonetización de la economía, de caída en la demanda de dinero.
Nosotros hicimos un ejercicio donde supusimos que esa monetización cae al mínimo de los últimos 25 años, un nivel de caída solamente comparable con lo que fue la explosión de la convertibilidad, donde en aquel momento fue muy importante el nivel de desmonetización de la economía, y el Banco Central tendría poder de fuego para defender el techo de la banda.
Ahora, ahí te preguntan cómo van a hacer para pagar la deuda si no tienen reservas. Y en realidad, ahí viene el gran karma argentino. Ningún país paga la deuda con sus reservas. Cuando hay un vencimiento, uno accede al mercado y coloca un nuevo bono, rolleando los vencimientos en lo posible con tasas decrecientes. Y en la medida en que esa deuda se invierta bien, la deuda en términos del PIB va cayendo.
Ahora, el problema de Argentina es que, dada la reputación que tenemos, con el récord histórico de nueve reestructuraciones, y con un Congreso que toma decisiones que atentan contra la ancla del Gobierno, que es el superávit fiscal, la lectura que hace el mercado es que Argentina está volviendo a sus andanzas. Eso es una situación de déficit fiscal permanente. Y cuando vuelve a la situación de déficit fiscal, se ajusta no pagando la deuda. Entonces, se prefiere no tener deuda argentina. El mercado cree que Argentina no va a pagar la deuda externa.
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¿Ahora, no había un problema intrínseco en suponer que uno iba a poder rollear la deuda y salir al mercado con el track record que tiene Argentina? Cualquier cosa que haga el país, como perder elecciones en Jujuy o que el Congreso saque dos leyes, es percibido como un «defaulteador» crónico. Por eso, la aspiración inicial de este plan económico se basa en pedirle plata al Fondo Monetario Internacional, primero para que nos dé más dinero y llegar a un puente hasta el momento en que vamos a poder salir a los mercados y renovar continuamente nuestra deuda como cualquier país normal. Eso parte de una hipótesis de que no somos un país normal y la historia no se cambia en dos años.
Estoy completamente de acuerdo. Por eso, como no somos un país normal, yo creo que el programa que se planteó inicialmente era el correcto. Como venimos de una historia de déficit fiscal permanente, lo que hay que hacer es eliminarlo. Argentina no puede volver a sus andanzas. Además, como el déficit fiscal se financió emitiendo pesos y deuda, y eso generó crisis inflacionarias y de deuda, hay que establecer una ancla cambiaria, porque en Argentina todos queremos flotar cuando el tipo de cambio no se mueve. Pero cuando el tipo de cambio se empieza a depreciar, todos salimos corriendo a comprar dólares. Entonces, las dos anclas eran correctas.
Respecto de la toma de deuda con el Fondo Monetario Internacional, no había mucha alternativa, porque incluso con superávit fiscal, se necesitaba más financiamiento. Dado que Argentina tiene un nivel de endeudamiento con vencimientos por delante, necesariamente hay que hacer frente a esos vencimientos. Si el mercado no confía, deberíamos tener un superávit mucho más grande del que ya se tiene, lo que generaría más ruido social y político.
Entonces, a lo único que se podía apuntar es a generar confianza. Creo que se generó confianza y, de hecho, la baja del riesgo país desde fines de 2023 hasta fin del año pasado fue muy grande. Cuando uno piensa por qué subió el riesgo país o el costo de endeudamiento en dólares, claramente hubo problemas y errores económicos, pero fundamentalmente es un tema más político. El día que el Presidente dice “no voy a aflojar con el déficit fiscal”, los bonos suben de precio, y el día que el Congreso te voltea un veto, los bonos se desploman. Están viendo si van a pagar la deuda o no.
TV/ff