«Cumplí el deseo de mi familia, aunque no me gusta la forma en la que me toca irme: en el último tiempo tuve una lesión (NdeR: una hernia inguinal, de la que fue operado) y no lleguá al 100% de mis capacidades, no me gustó cómo me desenvolví, que fue diferente a mi primer año. Igual, siempre traté de dar lo mejor y ayudar al equipo en la forma que pude. Me voy muy feliz por todo lo que viví».
El sueño que Enzo Díaz maquinó desde bien chico, cuando en el campo hacía ocho kilómetros para ir a entrenar al pueblo de al lado y volvía corriendo porque caía la noche, duró dos años y cerró una primera etapa este martes a la mañana, cuando armó las valijas para dejar la pretemporada de San Martín de los Andes, volar a Buenos Aires, seguir a Brasil y ser nuevo jugador del San Pablo.
La operación, que se hizo en paralelo a la de Giuliano Galoppo, consta de un préstamo por todo el 2025 con una obligación de compra por el 100% de la ficha en caso de que juegue un 60% de los partidos de la temporada. Es así como el lateral izquierdo, a sus 29 años (los cumplió el 7 de diciembre), da un salto económico que venía buscando y que se le da luego de un 2024 en el que perdió lugar: llegó a ser relegado por Milton Casco en algunos momentos del primer semestre y, con la llegada de Marcos Acuña, se le complicaron las chances de sumar minutos con regularidad.
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