Mágica Ciudad de Buenos Aires
La elección porteña crispa los nervios de libertarios, macristas, amarillos no tan macristas y peronistas de todas las cepas. Las encuestas corren como reguero de pólvora pero no dan precisión de nada: demasiados candidatos (muchos muy parecidos), internas feroces y la mayoría de los postulantes dentro del margen de error propio de las mediciones.
Pero lo que hoy es compartido -en voz baja- por los principales contendientes es que la elección está pareja entre Leandro Santoro, Silvia Lospenatto y Manuel Adorni. Todos hoy deambulan entre los 24 y los 27 puntos de intención de voto y las razones son diversas: según comparten en esos tres búnkeres del peronismo, el PRO y La Libertad Avanza (respectivamente), el peronismo mantendrá su caudal de votos habitual -potenciado por la figura bien aspectada del radical Santoro-, el tradicional voto que el PRO tiene en la mágica Ciudad de Buenos Aires -más con Mauricio Macri jugando fuerte- y el mileísmo que está en crecimiento a nivel nacional pero que no tiene en el distrito capital su mejor imagen e intención de voto.
Además, algunas acciones (tanto en redes sociales como unos afiches sin firma que aparecieron hace dos semanas) relacionan directamente al vocero Adorni con Karina Milei: «Adorni es Karina» aparece en algunos focus group y eso no se transforma en una ventaja para el candidato libertario pues la hermana presidencial no logra adhesiones suculentas en el distrito porteño.
Por otro lado, tanto Mauricio Macri como Jorge Macri siguen actualmente las directivas del consultor catalán Antoni Gutiérrez-Rubi, quien se muestra más metódico y puntilloso que el estilo Jaime Durán Barba: más método y menos charla analítica de larga duración. En el PRO hay entusiasmo tras las apariciones con fuerte definición política de Mauricio, salidas con anuncios concretos de gestión del alcalde Jorge Macri y el paulatino protagonismo de Lospennato, quien es una cara nueva para muchos porteños, no tan atentos a las sesiones de Diputados o los programas clásicos de televisión.
En tanto, en el Gobierno nacional están hoy muy pendientes del desarrollo de la crisis que desató Donald Trump con los aranceles y el impacto de estos cambios en nuestro riesgo país, el dólar y las acciones. Por eso, Adorni saldrá con la motosierra por diferentes íconos de la Ciudad para mostrarse diciendo qué cosas él haría de modo diferente: pero todo muy atado al escenario internacional. Make CABA Great Again porque no se inunda más…
Todes contra todes
El domingo pasado, como se contó en Clarín, los protagonistas del culebrón peronista bonaerense estuvieron reunidos 8 horas seguidas en una casa de la Ciudad de La Plata y no consiguieron nada, más que agrietar más las diferencias entre el axelismo, el cristinismo y el massismo, categorías que deberían usarse hoy para parcelar al kirchnerismo. A la sazón, como todos ellos son peronistas, no dejaron de destinarse maldades en todos estos días, para intentar zanjar una interna que aún no logró saldo, y no hay nada que hoy augure que lo consiga.
En esa reunión, el gobernador Kicillof pronunció una frase que no esperaban sus rivales internos: «No hay marcha atrás con el desdoblamiento. No puedo frenarlo porque los intendentes no quieren volver atrás». Máximo Carlos Kirchner se sobresaltó y le dijo: «Mirá, si mi presencia acá es un obstáculo, yo me corro de cualquier negociación. Hablen de lo que tengan que hablar…», amagó e hizo como que juntaba sus petates. Sergio Tomás Massa apeló allí a protagonizar su rol preferido e intentó transformarse en «el negociador» pero ninguno de los otros dos sectores le confía para esa faena.
Kicillof lo miró a Máximo y le recordó una charla que la senadora Teresa García le había transmitido un mes atrás: «Si querés hablar con Cristina, no hay problema. Pero ella me dijo que «si es de temas electorales o de la Provincia, que hables con Máximo». La tajante puesta de distancia de CFK con su antiguo discípulo hizo que el gobernador apelara a resolver los pasos que dio en los últimos días con su mesa política.
La llamada «mesa del lunes al mediodía» la encabeza Kicillof y contiene a la vicegobernadora Verónica Magario (quien garantiza presencia del populoso distrito de La Matanza), su ministro de Gobierno Carlos Bianco y otros ministros como Walter Correa, Gabriel Katopodis, Agustina Vila y Cristina Álvarez Rodríguez. A ellos, se suman los intendentes Julio Alak, Mariano Cascallares, Andrés Watson y los Descalzo -padre e hijo- que mandan en Ituzaingó. Mención aparte merecen Andrés Larroque y Jorge Ferraresi, viejos conocedores del cristinismo y que acreditan millas de antigua confianza de Máximo y Cristina Kirchner, respectivamente.
Ante ellos, el gobernador desplegó su pensamiento más crudo y todos entendieron algo: que el «síndrome Alberto Fernández» no lo puede padecer y que ser bendecido por Cristina para luego ser ninguneado, sería su final político. Por eso, Kicillof jugó fuerte y desdobló las elecciones bonaerenses.
En tanto, este miércoles por la noche, Cristina Elisabet Kirchner convocó a una reunión en un reducto de Carlos Calvo al 1100 (cerca de su casa porteña) donde quiso escuchar a los suyos, varios de ellos estupefactos por el arrebato de independencia del gobernador bonaerense, a quien le deberán zumbar los oídos por estas horas. Pingüinos eran los de antes…
PASO a PASO
En estas horas, la Provincia deberá definir si habrá o no PASO en el mes de agosto, lo que llevaría a los bonaerenses a votar tres veces, pues en octubre se eligen diputados nacionales.
Gente como Jorge Ferraresi cree que CFK obstaculizará todo lo que pretenda el gobernador, por lo que postulan que Kicillof vaya pensando ya en correr con una fuerza política propia. Y para eso, sumar a peronistas silvestres que no comulgan con ninguna de las opciones perucas actuales. Como por ejemplo, el grupo de 4 que conforman Juan Zabaleta (Hurlingham), Fernando Gray (Esteban Echeverría), Guillermo Britos (Chivilcoy) y Julio Zamora (Tigre).
De producirse una escisión, el nombre del PJ esta vez lo tendría Cristina Kirchner, a diferencia de 2017 cuando ella abandonó el Partido Justicialista y conformó Unidad Ciudadana, para una elección en la que salió segunda en la ristra de senadores nacionales detrás del PRO, que postulaban a Esteban Bullrich y Gladys González. Altri tempi…